viernes, 8 de diciembre de 2017

El aditivo que hace que comamos más

(ELP)
Al glutamato monosódico también se le atribuyen muchas otras cualidades negativas, aunque de dudosa veracidad. El nombre ya puede asustar a aquellos que piensan que la química es algo diferente de la vida: glutamato monosódico (GMS). Además, también responde al código E-621 que podemos leer en los paquetes de muchos productos alimentarios, una nomenclatura para los aditivos alimentarios —la E seguida de números—, que también genera animadversión entre ciertos consumidores.

Basta una búsqueda en Internet para comprobar la existencia de una leyenda negra sobre este compuesto: se le acusa de provocar migrañas, espasmos musculares, irregularidades cardíacas, náuseas, alergias, ataques epilépticos, depresión y hasta de agravar el autismo. Pero no toda la información que circula por la Red es fiable. ¿Qué hay de cierto en todo esto? ¿Es seguro el GMS?




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