RECORTAN EN TODO,
MENOS DONDE BEBERÍAN DAR UN BUEN TAJO: EN LA PROPIA ADMINISTRACIÓN
El copago farmacéutico entró en vigor el domingo 1º de
julio con una mezcla de desconocimiento e interinidad. El hecho de que Murcia
no expida recetas electrónicas hizo que los clientes de las casi un centenar de
farmacias que el domingo abrieron sus puertas acudieran a ellas con partes de
Urgencias o las viejas recetas de color rojo. Aunque a ambas se les aplicará el
aumento en el porcentaje que pagamos por los medicamentos, la ausencia en las
mismas de los famosos códigos 'T', que identifican nuestros niveles de renta y
nuestra situación de cara al régimen de la Seguridad Social, dejó ayer casi sin
poner a prueba el 'software' que los farmacéuticos habían descargado para
aplicar el copago. Los clientes que acudían a las distintas farmacias
desconocían en su mayoría que era el día en que empezaban a pagar más y, en el
caso de los jubilados, por vez primera. Hubo mucha confusión y desinformación,
incluso muchos clientes daba un euro por receta, porque pensaban que la medida
que se ha empezado a aplicar en Cataluña era para toda España. Los
farmacéuticos de la Región (un total de 561 establecimientos) lamentan también
la premura y cierta precipitación con la que han acabado aplicando la medida.
«Hasta el mismo sábado no estuvieron completamente listos los programas
informáticos», señalan fuentes del Colegio Oficial de Farmacéuticos de la
Región, que destacaron también la «absoluta normalidad» de la jornada.
Fuentes de la Consejería de Sanidad informaron ayer de
que el servicio de Informática había estado trabajando «todo el fin de semana»
para que las aplicaciones informáticas para la emisión de las nuevas recetas
estuvieran listas. «De hecho, hoy [ayer para el lector] se ha llevado a cabo
una prueba general con éxito», señalaban las mismas fuentes, que agradecieron
el «enorme esfuerzo» que los farmacéuticos están llevando a cabo. En apenas 12
años, han tenido que aplicar hasta 23 cambios normativos, tres de ellos en los
últimos años, con todo el trabajo que implica la adaptación. Todo un ejercicio
de incapacidad de un Estado que debería haber comenzado por recortarse a sí
mismo y eliminar, cuanto menos, el 50% de su aparato burocrático. El modelo de
1978 ya no sirve (si es que sirvió alguna vez para algo) aunque todo cuanto
estamos viviendo ahora sea consecuencia de aquel Estado híbrido, de aquella
mala copia de República federal que ni es república ni es federal. Un ejemplo
más de cómo los grandes errores de la clase dirigente tiene que pagarlos
siempre el más inocente que en este caso es el pueblo.
(REDACCIÓN)


