Sus abogados
defensores dicen que se están realizando “juicios paralelos” en los medios de
comunicación
Juan Cuenca y los dos sicarios que presuntamente contrató
para matar a Ingrid Visser y su pareja, Lodewijk Severein, regresaron ayer a la
cárcel de Sangonera después de pasar por el jugzado de Instrucción 7, en la
Ciudad de la Justicia de Murcia, donde se acogieron a su derecho de no
declarar. El titular del juzgado, José Fernández Ayuso, ratificaba así la orden
de prisión provisional dictada por un juez de Valencia. El auto considera que
la causa cuenta ya con indicios suficientes para ratificar la prisión
provisional impuesta, "sin perjuicio de que, en el curso de la
investigación, se determine la posible implicación de otras personas". Los
acusados fueron trasladados el pasado martes, desde Picassent (Valencia) a
Sangonera, tras inhibirse en favor del juzgado de Murcia el magistrado de
Valencia que les tomó declaración después de su detención en la comunidad
vecina.
Los detenidos fueron llevados ayer por mañana a la Ciudad de
la Justicia de Murcia, donde llegaron en furgones policiales. Además de
comparecer ante el magistrado Fernández Ayuso, los acusados formaron parte de
una rueda de reconocimiento. La dueña de la casa rural de La Hurona (Molina de
Segura) en la que se sospecha que se cometió el crimen, de nombre Paquita, no
reconoció a ninguno de los tres. La mujer dijo que había visto gente en un
coche junto a su propiedad, pero que no eran Cuenca ni los rumanos. El primero
en sentarse ante el juez fue el exgerente del equipo de voley de Murcia en el
que jugó Visser hace años. Juan Cuenca se acogió a su derecho a no declarar. A
la salida de la comparecencia, los abogados que lo defienden -José María
Caballero y Pablo Ruiz- criticaron que se esté llevando a cabo "un juicio
paralelo a nivel mediático", lo que, a su juicio, perjudica a su cliente.
"Ustedes saben más que nosotros", dijeron los letrados a los periodistas
-tanto de España como venidos de Holanda- congregados a las puertas de la
Ciudad de la Justicia.
Asimismo, los abogados remarcaron que Cuenca "mantiene
su inocencia". Caballero, en concreto, explicó que el exgerente del voley
no había declarado ante el juez porque "la igualdad de condiciones no se
da, y es fundamental que exista para que una persona colabore". Pablo
Ruiz, por su parte, dijo que su cliente es "una persona normal,
respetuosa", a quien "no se le detecta ningún tipo de comportamiento
que pueda hacer pensar nada extraño, mucho menos que se pueda ver implicado en
un caso como este".
Por su parte, Antonio Francisco Illán, abogado de oficio que
se encarga de defender a I. V. -uno de los presuntos sicarios rumanos, junto
con S. C.- apuntó que su cliente -que también se negó a declarar- se encuentra
"muy desconcertado" y que "mantiene que no ha tenido ninguna
participación en los hechos".
(Ana Lucas en La Opinión)