Los ladrones se llevaron un cuantioso botín de cálices, patenas, cruces
de plata y dos sagrarios
Párrocos de Los Dolores (imagen: La Verdad.es) |
En tiempos de crisis y ante la
oleada de robos que se producen un día sí y otro también, ni siquiera los
templos se libran de la acción delictiva de una actividad que podríamos
catalogar como un oficio tan antiguo como el de las meretrices. En esta ocasión
le ha tocado el turno a la iglesia parroquial de la pedanía murciana de Los
Dolores. Fue un robo que tenía lugar el
pasado viernes a pleno mediodía, unas
horas en las que nadie supone se pueda cometer un hecho de esta naturaleza. Eso
debieron pensar los ladrones quienes, limpiamente, sustrajeron cálices,
copones, patenas, objetos de plata y hasta dos sagrarios. Francisco Pagán, uno
de los párrocos, manifestó que no solo se produjo una profanación del templo, sino
también un sacrilegio porque se llevaron el sagrario principal de la iglesia,
con las sagradas formas.
Con independencia de las
creencias religiosas –y dado el valor histórico-artístico de muchos de estos
objetos de culto- los ciudadanos se preguntan porqué los recintos religiosos no
están dotados de unas mínimas medidas de seguridad adecuadas al valor del
patrimonio que contienen. En este sentido la iglesia como institución debería
arbitrar las medidas necesarias para evitar estos sucesos contratando los
servicios de seguridad correspondientes, disponiendo de elementos electrónicos
de alarma o procurando tener lugares adecuados y bien protegidos para la conservación
de objetos e imágenes de gran valor. No es el primer robo que ocurre en un
establecimiento religioso con las consiguientes pérdidas de una parte de ese
valioso patrimonio que, a veces, tiene siglos de antigüedad.
(Redacción)