La situación mejora en el Santa Lucía, pero la mayoría de grandes hospitales continúan saturados, lo que ha desatado las críticas de pacientes y profesionales
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(Foto: L.V.) |
El marido de Pepi Lisón llevaba ayer, a mediodía, 32 horas esperando una habitación libre en La Arrixaca. «Llegamos el domingo a las cinco de la madrugada por una enfermedad respiratoria. Como no hay sitio, está en la Unidad de Preingreso», contaba mientras mataba el tiempo en la sala de espera de Urgencias. Pese a todo, no se queja. «La atención es muy buena y eso es lo que importa», resumía. Pero no todos ponían tan buena cara en La Arrixaca, cuya puerta de Urgencias amaneció con 46 pacientes a la espera de traslado a planta. El servicio cuenta con espacio para 40 enfermos como máximo, contando la Unidad de Preingreso. Así que por segundo día consecutivo, los pasillos estuvieron llenos de camas.
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