Afortunadamente no ha habido que lamentar ningún daño físico, ni
siquiera al propio autor de este incidente que tuvo en vilo durante 13 horas el
centro de Murcia
![]() |
Traslado a la Arrixaca (Imagen: Juan Caballero) |
Llegó a hacer uso de una
pistola de fuego real y no de fogueo, como se dijo en un principio; este
individuo, vecino del conocido edificio
de los Nueve Pisos, ubicado a escasos metros de la sede del Gobierno regional,
mantuvo en vilo durante más de doce horas a los vecinos y viandantes de la
zona. Sobre las once y media de la mañana, se atrincheró en su domicilio, un
sexto piso del portal número 1, portando un arma y amenazando con suicidarse.
El individuo, que responde al nombre de Julio Gómez, tenía sus facultades
mentales alteradas, agravadas por el consumo de drogas, según informaron ayer fuentes de la Policía
Nacional. Por la mañana, Julio se encerró en el interior de una habitación y no
accedió a abandonar el piso, como le pedían los agentes del equipo de
negociadores de la Policía Nacional, quienes estuvieron más de doce horas
intentando convencerle. Además, en estas gestiones colaboraron también, aunque
sin éxito, la madre y una hermana del atrincherado, que se desplazaron a la vivienda
por la tarde y permanecieron en su interior hasta que fueron trasladas a algún
lugar seguro por la Policía, aunque sobre las diez y cuarto de la noche
regresaron a la vivienda.
Al lugar de los hechos,
también acudió el jefe superior de la Policía Nacional de Murcia, Cirilo Durán,
quien manifestó que se trataba «de una negociación tranquila, porque lo que
queremos es que no haya heridos y que tampoco se haga daño él mismo». El
atrincheramiento comenzó alrededor de las once y media de la mañana cuando familiares
del hombre dieron aviso a los servicios sanitarios porque éste no se encontraba
bien. Según informó un portavoz de la
Policía Local, hasta la vivienda se desplazó una ambulancia, cuyo personal no
pudo atenderlo porque llevaba una navaja y se mostraba muy agresivo. Por ello,
los sanitarios alertaron a la Policía Local y acudieron dos unidades, cuyos
agentes entraron en la vivienda y la abandonaron poco después ya que, al
intentar acceder a la habitación donde estaba el hombre, éste disparó un arma
contra un agente, sin que se produjera herida alguna.
Según las mismas fuentes, en un
principio se pensó que el arma podría ser real y llevar un primer
cartucho de fogueo y el resto balas, o bien ser solo detonadora, pero como no
pudieron comprobarlo in situ se fueron de la vivienda y avisaron al Cuerpo
Nacional de Policía. Minutos después de desplegar el operativo policial en la
zona, un agente entabló contacto con este vecino y desde entonces se trató de
conseguir que abandonara el piso porque «el riesgo está en que se haga daño a
sí mismo», según las fuentes. Cuando habían transcurrido más de nueve horas del
arranque de este suceso, una decena de agentes del Grupo Especial de
Operaciones se sumaron al mismo. Tres horas después lograron entrar en la habitación
donde se había atrincherado el hombre. Según testigos de la zona, se escuchó un
ruido parecido al de un disparo, y tras esto un equipo de sanitarios entró al
edificio. Fuentes policiales informaron de que el hombre fue trasladado en
calidad de detenido y bajo custodia policial al hospital de la Arrixaca.
Durante las más de doce horas
que duraron las negociaciones Julio Gómez no salió en ningún momento de la
habitación, la cual tenía la persiana casi bajada al completo, dejando un
pequeño hueco que la Policía utilizaba para comunicarse con él, e incluso para
entregarle alguna bebida. Pasadas las diez de la noche, mientras las policías
nacional y local mantenían un cordón que cortaba la calle Acisclo Díaz, desde
la sede de la Croem hasta la explanada del yacimiento de San Esteban, junto al
Gobierno autonómico, así como parte de la calle Luis Braille, las terrazas de
los bares cercanos estaban abiertas y los vecinos seguían el fútbol ajenos al
despliegue policial. Destacar que el cordón obligó a cerrar durante todo el día
locales como la galería Kim Gallery, el Kennedy Bar y el aparcamiento público
anexos al edificio donde se atrincheró el hombre. Julio es bien conocido por sus vecinos,
quienes ayer aseguraban que se sabía que era «toxicómano», pero destacaron que
«nunca había dado problemas». «Está inválido, va con muletas y no es violento»,
añadieron. Un familiar de Julio manifestó que «de él siempre se encargó su
abuela porque su madre trabajaba de enfermera y no tenía padre». Asimismo,
añade que «era su abuela quien le daba el dinero para la droga y hace un año se
murió y Julio pegó un bajón muy grande».
(Prensa regional y Agencias)