Un trazado viario tercermundista fue en parte culpable de aquel
luctuoso suceso que costó la pérdida de 19 vidas humanas, provocó 40 heridos y
muchos daños materiales
Han pasado diez años, pero los
momentos que vivieron aquel 3
de junio de 2003 se les han quedado grabados a fuego a quienes
fueron sus protagonistas. A las 21:30
horas un tren de pasajeros compuesto por la locomotora «Virgen de Begoña»
remolcando una rama de Talgo VI entró en la estación de Chinchilla (situada al
sureste de Albacete en la bifurcación de las líneas hacia Alicante y Murcia)
procedente de Madrid-Chamartin y con destino a Cartagena, en la región de
Murcia. A las 21:35 el tren salió de
la estación por la línea de Murcia cuando por la misma vía y en sentido
contrario se encontraba circulando un tren de mercancías procedente de Murcia,
siendo su titular la locomotora 333.304. Ambos trenes se encontraron y
colisionaron frontalmente a unos 3 km
de la estación. Tras el impacto se produjo un incendio que se extendió
rápidamente hacia los primeros coches Talgo, resultando calcinadas varias
unidades del convoy, con temperaturas que llegaron a alcanzar los 1.800º
centígrados. Las dos locomotoras resultaron destruidas por la violencia del
impacto y causaron baja definitiva en el parque de Renfe. El resultado fue de
19 muertos y una cuarentena larga de heridos (otras fuentes hablan de 65 en
diversos grados), más los daños en materiales e infraestructuras.
El accidente se produjo según la
investigación judicial debido a que el factor de circulación de la estación de
FFCC de Chinchilla se dejó la señal de salida de la vía en que se encontraba el
Talgo, en posición verde, indicando vía libre, y dio orden de marcha al tren de
pasajeros, sin recordar que por ese tramo de vía única circulaba el mercancías
en sentido contrario que debía cruzarse con éste en la propia estación.
El acusado, declarado culpable,
lo fue a causa de un despiste según indicaron las investigaciones; aun así el
ministerio fiscal de Castilla-La Mancha solicitó una pena de 2 años y 181 días,
como presunto responsable de 19 homicidios y 48 delitos de lesiones por
imprudencia. Una sentencia del año 2006 le condenó a esta pena solicitada, en
tanto que establecía la causa del accidente en "un error o negligencia del
jefe de estación”. Lo que no se dijo nunca oficialmente es que otro culpable de
vital importancia, fue el mantenimiento de una estructura ferroviaria obsoleta,
tercermundista e impropia para un volumen de tráfico de personas y mercancías
como el que soportaba en esos tiempos. Una verdadera “chapuza” de línea que
ningún gobierno hasta entonces había planeado modernizar.
(Varias fuentes y Redacción)