EN NINGÚN PAÍS DESARROLLADO SE DEBERÍA CONSENTIR UNA
INSTALACIÓN COMO LA QUE TENEMOS EN NUESTRAS CALLES Y VÍAS PÚBLICAS
Hay lugares donde una amalgama de hilos de cobre de
diversos calibres forman una tupida red que, sin orden ni concierto, trepan por
las fachadas, cruzan las calles y forman una trama de líneas eléctricas aéreas
que se cruzan el espacio de poste a poste, sobre tejados y terrazas. La escasez
de una correcta planificación a la hora de realizar los tendidos eléctricos, el
relativamente frecuente cambio de líneas, los añadidos de emergencia y la
reubicación de redes de suministro provocada por las nuevas construcciones,
convierte el paisaje urbano en un laberinto de hilos eléctricos de todos los
calibres que no solo afean el paisaje
urbano, sino que en un momento determinado pueden suponer un serio peligro para
albañiles o pintores que deseen arreglar una fachada, sin ignorar el riesgo
para los propios moradores de las viviendas, puesto que hay líneas que pasan a
escasos centímetros de balcones y ventanas. ¿Tan difícil sería, a medio plazo,
ir soterrando estas líneas de suministro? En muchos lugares están así y pueblos
o ciudades no solo ganan en estética, sino también en seguridad.
(ALFOX MOVIL)



