lunes, 6 de agosto de 2012

UNAS MARAÑAS DE CABLES EN NUESTRO PUEBLO


EN NINGÚN PAÍS DESARROLLADO SE DEBERÍA CONSENTIR UNA INSTALACIÓN COMO LA QUE TENEMOS EN NUESTRAS CALLES Y VÍAS PÚBLICAS

Hay lugares donde una amalgama de hilos de cobre de diversos calibres forman una tupida red que, sin orden ni concierto, trepan por las fachadas, cruzan las calles y forman una trama de líneas eléctricas aéreas que se cruzan el espacio de poste a poste, sobre tejados y terrazas. La escasez de una correcta planificación a la hora de realizar los tendidos eléctricos, el relativamente frecuente cambio de líneas, los añadidos de emergencia y la reubicación de redes de suministro provocada por las nuevas construcciones, convierte el paisaje urbano en un laberinto de hilos eléctricos de todos los calibres que no solo  afean el paisaje urbano, sino que en un momento determinado pueden suponer un serio peligro para albañiles o pintores que deseen arreglar una fachada, sin ignorar el riesgo para los propios moradores de las viviendas, puesto que hay líneas que pasan a escasos centímetros de balcones y ventanas. ¿Tan difícil sería, a medio plazo, ir soterrando estas líneas de suministro? En muchos lugares están así y pueblos o ciudades no solo ganan en estética, sino también en seguridad.

(ALFOX MOVIL)